Nací en una familia de Superhosts
Nací en una familia de Superhost

Nací en una familia de Superhosts

¿Puedes recordar como huelen los nardos? Yo si, cierro los ojos y en apenas dos segundos siento ese olor tan cerca y tan tangible como si los tuviera en las manos, y automáticamente me ubico en a la casa grande donde pasamos los veranos cada año toda la familia. ¿Casualidad? Para nada.

Que el olor de una flor sea capaz de hacerme viajar es un regalo que mi abuela y mi padre se han trabajado durante años, no es fortuito. Desde que alcanza mi memoria puedo verme abriendo la puerta de mi habitación en la casa grande y que ese olor me dijera: “Bienvenida cariño, ya estás en casa. Ahora disfruta del verano.”

¿Es eso ser un Superhost? Las más prestigiosas plataformas de turismo vacacional dirían que no, que además deberían haber contestado al menos al 90% de mis mensajes, ofrecerme una política flexible para reclinar su invitación a visitarlos en verano y tener actualizados sus calendarios de ocupación. Permíteme que entienda la experiencia de hospedar de una forma diferente. A mi me enseñaron que un Superhost deja flores en la mesilla y una nota cerca de la cafetera para desearme un buen día.

He crecido con esos detalles y he visto desde muy pequeña como se deben abrir las puertas de una casa para que los demás la sientan suya. Y es que son estas pequeñas cosas las que se hacen un hueco en el recuerdo de nuestros invitados, un olor, un dulce, un trocito de papel escrito a mano…

Imagina que, aunque pasen los años, alguien puede viajar a tu casa de la Isleta, del Cabo, de San José… sin moverse de su sofá, solo con darle un bocado al mismo bombón que solíamos dejarle allí junto a la almohada. ¿Bonito no?

Pues esta es mi intención, no por gusto, sino por costumbre, nací en una familia de Superhost, y me enseñaron que un gran anfitrión aquí cuida, mima y comparte. Y además de contestar mensajes y tener actualizados sus calendarios, a de tener la sensibilidad para fabricar recuerdos que hagan a sus invitados sentirse en casa y les permita viajar sin necesidad de moverse. Eso es hospedar en el paraíso, asi lo hacemos aquí.

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